Alguna vez un profesor en la carrera nos dijo que siempre plasmabamos las palabras para ser leídas, aunque solo fuera por nosotros mismo. Que era una forma de dejar constacia de lo que pensabamos y que en ese sentido, debiamos ser muy cuidadosos cuando de escribir algo se tratara.
Hurgando en los archivos del museo el día de hoy me tope con una linda prosa, no se de quien sea, ni para quien, no se si tenía algún proposito específico. No creo que haya sido escrita para que yo la encontrara varios años después y me hiciera sonreir, pero la transcribo aquí con todo el respeto a ese autor anónimo:
O tal vez ese viento que me saca del aburrimiento.
Pero siempre seguirá siendo la luna, el claro de luna que me sigue, iluminando a franis de la ventana o ahora reflejado, en una noche oscura del puerto, en el mar el mar tropical de Toña de Noire.
Mira que es difícil sacarte esta noche de la memoria con la luna regrandota como una pelotota alumbrando el callejón.
Porque en el que tengo qué tengo?, vamos a ver siempre cuanto tu sentido del humor y nuestras llamadas, el pan nuestro que aunque no nos alimenta al menos a mí me mantiene.
Por largos que sean los kilómetros e interminables los breaks te siento como al amarte de toda la vida
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