lunes, abril 04, 2011

Desprendimientos subconcientes

Yo me subi primero al carro por el lado del copiloto, es por eso que él no le dio tiempo de entrar al carro, pero si yo le hubiera dado la vuelta al carro no la hubiera librado. Creo que ya estaba arrandando y no recuerdo quien cerró la puerta.
Los pensamientos que me pasaron por la mente, es que él sabía en lo que se metía cuando había aceptado acompañarme, aunque eso no me quitaba sentirme algo culpable, que yo tenía que proteger algo que no era mio, que no podía pasarles el carro encima por que corri el riesgo de lastimarlos también a ellos, que debía buscar ayuda y lo más importante que para él lo importante es que yo estuviera bien.
Maneje entre calles laberinticas, pensando que me podían seguir o reconocer el carro desde lo alto, así que cuando iba a llegar a un callejón, mientras intentaba buscar a una patrulla, se abrió el portón electrico de una edificio de departamentos, del cual salio un carro y yo sin preguntar entre. Pedi ayuda y estoy casi segura que estaba sin aliento y el corazón se salia de mi pecho. Me preguntaba si realmente debí hacer lo que hice y como el instinto de supervivencia puede ser tan egoista en ciertas circunstancias.
El carro era blanco, curioso por que a mi me repatean los carros de ese color, claro que tampoco era mio. Gracioso, creo que era standar.
Todo el tiempo estuve tentada a regresar a la escena del crimen, pero no me atrevi primero por temor que aun no llegara la policia, segundo por que creí que solo sería movida por el morbo y se me hacia de lo más incorrecto.
En un momento rememoraba que había salido del establecimiento minutos antes hacia el carro y recibi una llamada de mi padre diciendo que no me atreviera a ir sola, en el momento que veía movimientos sospechosos y fue por eso que me regrese al lugar a buscar quien quisiera acompañarme. Sabia que en el momentos del ataque mi padre estaba cerca en su camioneta, pero de todo me daba pánico que se diera cuenta por que iría en mi ayuda, le podía pasar algo y eso si que me doleria más que cualquier otra cosa. Auqnue también me preguntaba por que él había aceptado ese encargo, en que momento yo había asumido la responsabilidad y si hubiera comprendido que las cosas no saliera como el se habia comprometido a que fueran. Siendo sincera, fue ahí que comprendi que muchas de mis acciones habían sido motivadas por no decir que había fallado, aunque con bajas en el camino, había conseguido sacar de ahí la motocicleta, nunca supe si era roja o anaranjada. Ahí las cosas no me terminaron de cuadrar por que yo nunca me subiria a una motocicleta, ni siquiera en sueños lo he hecho, pero unas niñas me llevaron a su habitación, antes que mi extrañeza me hiciera entrar a una fase más conciente de mi sueño. Me pasaban constantemente imagenes del camino que había tomado para llegar a ese lugar, el cual cambiaba constatemente (aunque de eso me doy cuenta ahora).
Me desperté brincando y buscando mi celular para llamar almejordemismejoresamigos para saber si estaba bien, pues había tenido una agitada noche. Después de contarle mi sueño, coincidio conmigo diciendo que se alegraba que yo me hubiera salido de ahí con bien y se inventó más de mi sueño de una noches de primavera haciendo conjeturas de lo más bobas. Pero eso es por que siempre se toma muy en serio su papel, que me recuerda un tanto a mi padre, todo serio siempre me cuida un paso detrás para que yo pueda caminar a donde quiera, pero al pendiente por si llegara a necesitar ayuda, que de ante mano sabe quiza no le pediría. No por una cuestión de orgullo, creo que sería por que a veces suelo pecar de soberbia y olvido que no se puede todo en esta vida, por más que la galleta de la fortuna del sábado dijera lo contrario.