martes, abril 16, 2013

Amanecer en rojos.

He despertado y al bajar me he encontrado con el perruchin acostado en cama, que es un cojín rojo muerde con singular alegría una de las bufandas rojas, esa que traje desde el otro lado del mundo, para encontrarla en la tienda de los árabes del quartier.
Prendo la cafetera, una linda italiana de diseño retro, preciosa, en color rojo, tendre un día duro, así que decido prepararme el café fuerte y elijo la capsula roja.
Reviso la predicción del tiempo y habla de un lluvia, "comme d'hab", así que me pongo los jeans y mi botas rojo quemado de caucho, especial para lluvia, mi blusa roja de Mafalda que le hace juego. Me encantaría tener un abrigo rojo y no dudo que lo tendre, pero aún no he encontrado uno con el corte y el color rojo perfecto, uno que tenga capucha y entonces podre pasearme por esta ciudad gris enfundada en él, como desafiando con su color al inclemente clima. ( Un poco como cuando uso lentes obscuros cuando hace sol, incluso si el termometro marca un par de grados bajo cero, es una cuestión psicológica).
Tengo cuatro bufandas rojas, de diferentes rojos, tamaños, tipos, largos y material, me decido por esa de cashmire, aquella que encontré en un pueblo perdido de Turquia y que compre a precio de seda, pero con ese tipo de cosas uno aprende que el amor a primera vista existe.

... Continuara

Se nos van

Cada vez que leo en el periodico que muere un escritor, un poeta, un humanista o un reportero de gran fama, de esos nombres que marcaron el siglo pasado me da ansiedad. Este mundo, por lo menos ese en el que quedo mi niñez se queda sin personajes maravillosos a los que admirar y seguir.
También es cierto que renovarse o morir, pero la verdad es que me da ansiedad ver que la sociedad pierde a valiosos seres humanos, pero que a simple vista no estan siendo sustituidos por otros grandes seres de enormes cualidades, quiza es demasiado pronto para decir esto y lo cierto es que ya estan ahí haciendo hisotria, solo que aún no llegan a los oidos del mundo, pero me da miedo pensar que el mundo no conozca a Benedetti o Becquer entre muchos otros. Que las frases y memes absurdos de las mensajerias instantaneas terminen por absorber a los grandes de la literatura y a todos esos personajes politicos que trataban de decir algo y los limiten a mostrar con frases "inspiradoras"  que medio mundo pone en sus muros por que es "cool" o suena bonito, por que así el mundo creera que uno es algo más que las fotos que se toma en el baño con el celular.