domingo, junio 09, 2013

Miedos

Hoy, como cada vez que tengo algo importante que hacer, no puedo dormir. Claro que tengo sueño, pero no me logro acomodar, ni conciliar el sueño. Los remedios absurdos de meditación, leche caliente, té o cosas así no me funcionan.
Leer tampoco, por que me clavo en la lectura y menos duermo.
Creo que lo que no me deja dormir es una serie de sentimientos envueltos en uno muy grande: miedo a lo desconocido.
Pensando un poco en esto, me doy cuenta que hay algo que nunca he hecho en esta ciudad y que me he inventado montón de excusas, pero que francamente no lo he hecho por miedo. Nunca me he sentado yo sola en un café (de los muchos que hay aqui) a tomar algo - Un verre de vin, un café alongé, un café au lait ou   un té- Supongo que aún no me acostumbro a muchas cosas de esta ciudad, como sus mesas chiquitas, sus meseros groseros y que tengas que pagar en cuanto te sirven las cosas, lo cual yo considera una clara y ruda manera de correrte (supongo que eso se debe a las costumbres de cada pueblo, pero para mi pagar la cuenta es una clara señal de partida), incluso el que no dejes propina, a mi eso me parece perfecto, por que le 99% de los meseros cumplen el estereotipo del mesero francés y son pedantes, groseros y muy molestos, pero incluso el no dejar propina me parece un poco cutre y me recuerda a una persona poco agradable.
Quiza me da miedo tener que hablar con alguien fuera de un entorno seguro, lo cual es rídiculo, ya que esta ciudad esta llena de extranjeros, que por fuerza los meseros saben entender diferentes acentos, además de siempre queda el recurso de señalar en la carta lo que quieres. Por supuesto que avergüenzo al diablo y confieso que a los starbucks si voy (yo soy la primera en recriminarmelo), pero es que me hacen sentir taan en casa que casi puedo cerrar los ojos y pensar que estoy en ese donde ya me conocían.
Un día de estos, me vestire para matar, no, mejor para morir y me sentare en un cafe, con un cuaderno lindo, lindo, una pluma y me tableta (que es donde guardo mis libros actualmente) y pedire algo de tomar y mientras lo distruto me tomare mi tiempo para vivir una de las experiencias obligadas en esta ciudad y por que no, para ir recuperandome un poco a mi misma, es persona segura y amante celosa de su soledad que solía ser (pobre del perrucho, creo que queda excluido de esta aventura).