Su abuelo, un hombre de pocas palabras, como muchos otros en ese familia, le dirigió muy pocas palabras en su vida, quiza por eso las recuerda tan bien.
En una noche entró corriendo a casa de sus abuelos después de jugar y sin decir mayor palabra se fue a encerrar al corral, aun cuando siempre le tuvo miedo (entre otras razones por que había gallinas), unos pasos sigiloso las siguieron y se sentaron a su lado.
Era su abuelo, pregutando que había pasado. Lloraba por que no la dejaban jugar futbol por que corría más rápido que los niños y no entendía por que eso era malo. Él trato de explicarle las cosas y le dio razones, que ella no aceptó y al final solo le dijo:
Yo prefiero amansar, que quitar mañas, pero hay yeguas a las que poco importa el jinete, por que la voluntad les puede más.Cuidado por que tu la traes de herencia y parece que también por gusto.
Era un hombre de campo, sabio de una manera distinta, pues conocia la naturaleza humana por la experiencia.
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