Resignarse en ocaciones me parece tan parecida a rendirse, que me empieza por darme pena y después miedo.
Un día cualquiera me encontré con mi amigo "Alfa", quien me contaba de su relación amorosa y me contaba que todo era miel sobre hojuelas. Primera clave de que algo va mal, las relaciones (en particular las de pareja)puede ser buenas, sin grandes sobre saltos, pero jamás perfectas. Mi definición de las relaciones es una analogía con las montañas rusas, uno puede llegar a hacerse adicto a la adrenalina, hay subidas, bajadas, momentos de terror, llanto, euforia, momentos "planos"; con la ventaja de que puedes bajarte en el momento que quieras.
Retomando, después de comer y a mitad del café me confeso por fin que definitivamente todo sería mejor en su relación si la chica en cuestión no lo tuviera a dos velas (ES DECIR, NADA DE NADA), pero que claro, él la quería y respetaba y era muy feliz con ella.
De eso ya han pasado varios meses y hoy de nuevo me lo volví a topar, como no queriendo le pregunte por su chica. No tardo mucho en contarme que sigue a dos velas. Pero ahora se limito a decir que estaba "contento"
No estaba enamorado, difícilmente lo estaría de ella, pero estaba comodo, tenía con quien ir al cine, no le quitaba espacio entre semana, si ella tenía suerte hasta católico activo lo convertiría y seguía a dos velas, pero resignado.
Después de las muchas burlas, frases en doble sentido y patentes muestras de consternación, no me quedo más que decirle que él no tenía novia, tenía una amiga y sin derechos. Pero la respuesta de ALfa fue la misma: estoy contento y así me evito problemas.
Entre más me decia esas cosas, más dudas me surgían a mi y entre más me contestaba menos satisfecha con las respuestas yo me quedaba. Y no es que yo este libre para aventar la primera piedra con relación a "noviazgos resignados", pero hace ya bastante tiempo entendí que era demaciado corta la vida para vivirla a medias. Que la comoda resignación te mantiene anestesiado, pero entonces qué chiste?
Hay cosas en las que no queda otra que resignarse, fijar la vista en el horizonte, pero eso debe ser solo por lo inmovible, por lo definitivo y sin manera de cambio, por lo que simple y sencillamente esta fuera de nuestras posibilidades, pero no por la comodidad. Tal vez solo sea mi necedad, testarudez y competitividad las que hablan, pero por lo menos en mi vida quiero algo más de lo que me puede brindar la resignación
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