Es curioso como te quedas prendido de las cosas, de las personas y de los lugares. Hay algunos que contruyeron recuerdos inolvidables, pero otros que simplemente forman parte de uno sin siquiera advertirlo hasta tenerlo frente.
Lo vio de lejos tantas veces, con total indiferencia. Pero el destino quiso que la historia los fuera uniendo.
Antes de estar juntos ya creían conocerse, pero cuando estuvieron frente a frente, contemplandose, el tiempo se detuvo, la vida cambio sin saberlo. Nada era como habrían creído, su primer encuentro estuvo lleno de nervios, risas y bellos momentos.
Pasaron toda la noche juntos, sientiendo sus caricias en su piel, es la única noche que tendría en mucho tiempo y la aprovecharon. Él la arruyaba mientras ella le contaba uno a uno sus sueños y él parecia entenderla.
Minutos antes del amancer cuando los rojos y amarillos aparecen en el cielo ella se quedo en silencio admirando el espectaculo por partida doble, en el cielo y reflejado en él, que con gran omnipotencia se hacía miembro activo del espectaculo de luces y colores imitandolos.
Es así como lo recuerda y suele conservarlo en sus sueños cada noche. Es por eso que sintió ahí, parada frente al Mediterraneo que lo extraña, tanto como lo extraña a él.
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