Se quito lentamente la playera del uniforme y se sintió libre de ser ella misma, con sus manias y desesperaciones, para asi abrir la botella, sirvió las dos copas, brindo y bebio con un poco de desesperación la primera copa, volvio a llenarla viendo como la otra copa seguia intacta sobre la mesa, las llevo al comedor puso algo de música de Leonard Cohen y poco a poco a primera botella fue llegando a su fin.
En un estado de euforia meláncolica abrio la segunda botella y fue a la mitad de esta que un ruido se coló de la fiesta de la casa vecina, que poco a poco fue adquieriendo tonalidades melodiosas y cuando menos lo noto se sintió identificada con la letra de dicha canción:
" me gustan tus ojos, me gusta tu boca, me aloca,
me aloca el roce de tu piel. Tu presente, tu ayer, me gusta. Me
gusta todo, todo me gusta de ti.
Me gustan tus manos, cuando te saludo y sudo, sudo de nervios de pensar que
pudiera tocar tu alma, me gusta tu alma, tu alma me gusta, me gustas.
Me gusta amanecer pensando que me quieres, soñarte se hizo ya
el mayor de mis palceres, me gusta todo, todo me gusta, de
ti.
Me gusta tu estilo medio despistado. Pecado, pecado fuera
no soñar. tambien poder tocar tu cuerpo, de cuerpo y alma, como me gustas, me
gustas"°Al ver esa copa llena en la mesa no pudo evitar llevarse la mano a cuello, y es que aunque él aun no los sabe, ella actualmente lleva un discreto dije que el tuvo a bien regalarle después de trotar un poco por el mundo.
Ese dije lo lleva puesto siempre, alrededor de su cuello, justo entre la cabeza y el corazón que es donde él siempre se encuentra. Pues en frias noches como esa al derramarse un par de lagrimas por las mejillas se da cuenta cuanta falta le hace, le gustaria tenerlo y perderse en sus brazos, arrullarse con su respiracion y sentir sus manos tibias recorrer su cuerpo proporcionandole la dosis de calor perfecta para calentar cada centimetro de piel, pero jamás para quemar.
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