Yo, como muchas otras personas desde que el personaje de Mafalda, del caricaturista Quino, fue creado, crecí con Mafalda.
He de confesar que tarde años en comprender todos y cada uno de los chistes en sus tiras cómicas, pero si yo aprendí algo de la guerra fría, geopolítica y comunismo en mi más tierna infancia, eso fue gracias a Quino.
El fin de semana pasado se celebró en París el Salon du Livre, cuyo país invitado fue Argentina y no podían menos que traer a Quino para hacerlo caballero de la Legión de Honor. En un francés un tanto oxidado, pero que ya quisieran muchos contesto todas y cada una de las preguntas que le hicieron, aunque claro, el agradecimiento por la Legión de Honor lo dio en español argentino.
Por desgracia, ese gran hombre, como muchos de su generación con los que crecimos se esta apagando. Tiene un enfermedad que lo hace tener que ir en silla de ruedas y le cuesta trabajo hablar, ya no firma autografos, pero el agradecimiento del público lo conmueve hasta las lagrimas. Ver la fragilidad de mi gran heroe solo lo hace más grande, por que lo humaniza, lo vuelve un ser de carne y hueso, grande como solo algunos cuantos pueden serlo. Para algunos lo más importante son los rock star, o las actrices y actores de hollywood, en mis años de adolescente, yo tenía en cuarto tiras de Mafalda (aún ahora). Uno de los regalos más espciales fue el libro "TODA MAFALDA" que por desgracia tuvo que quedarse en México cuando emigre, en el cual prefiero no pensar por que me da ansiedad solo de pensar que estará acumulando polvo. Por supuesto que lo tengo en versión electronica en la tableta, pero no es lo mismo.
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