Conforme más tiempo pasa del autoexilio, uno se va dando cuenta que cada vez va perdiendo más de ese lugar de donde llego. Uno se va de la ciudad, puede que con una gran fiesta entre amigos o sencillamente con despedidas personales y sinceras, creyendo firmemente de que seguirán en contacto y que las cosas no van a cambiar que podrán pasar horas platicando.
Si uno se esfuerza, al principio sera así, pero sinceramente conforme pasa el tiempo, solo te empieza a conectar con ellos el "like" de las redes sociales. El cambio de horarios no ayuda, más bien contribuye a la distancia, el estar expuestos a diferentes panorama tampoco es lo más recomendables. Más de una persona me pregunta cómo es vivir en París y yo me siento terrible de pensar que es una ciudad bellista, con un clima horrible en el que me siento terriblemente sola. París es perfecta para ser turista, estar enamorado y pasear con ese frío que te obliga a aferrarte al otro, refugiarte en los cafés, tomar vino caliente en los puestos en la calle, propios de esta época y quizá comer una crepa. Después de un par de días de estar absortos en toda la cultura el ambiente y la comida, regresar a casa, a un clima dulce, agradable, no muy drástico, con ese ponche delicioso que mi madre ya estaría preparándome desde hace semanas, esperando las posadas.
Mi agenda en estas épocas a tope usualmente, ahora esta vacía.
Mis amigos en casa tienen relaciones nuevas, algunos se han casado, otros han tenido o tendrán hijos próximamente,hacen reuniones, van a fiestas, viven día a día con el tráfico de una ciudad caótica
Me pregunto que es para mi navidad si uno esta lejos de la familia y los amigos, en verdad es tan diferente a como realmente yo lo recordaba y vamos que en mi casa no es que se ponga árbolito decorado o regalos. Pero estar en familia como un domingo más es suficiente para hacer el ambiente festivo, con ropa bonita y esperando la comida.
Quizá cené temprano y me meta en la cama envuelta en cobijas y películas navideñas y dormir esperando que den las 7 am. y sean las 12 en mi hogar.
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