sábado, septiembre 22, 2012

Al terminar.

A fuerza de costumbre me he acostumbrado a ir sola a los lugares, incluso a aquellos a los que creìa que jamàs irìa, como una boda o cenas de amigos, donde todos llevan a su pareja.
Por alguna razòn la parte màs melancòlica de todas es cuando se termina la reuniòn o el evento al que uno asistiò  y se sube sola al carro y no tienes con quien compartir los pormenores de la velada. Siempre hay alguien que te compadece o te recuerda, sin ser esa su intensiòn que siempre vas sola a todas los eventos.
Uno termina aprendiendo a sonreir a los comentarios molestos, a ser màs sociable de lo comùn para disimular y entretener a los de alrededor o a llevar algo con que entretenerse por si se tiene que quedar a esperar. Pero lo màs importante, aprende a llegar lo antes posible a casa, a ese lugar seguro.
Esta es una de las situaciones que uno tiene que aprender a sobrellevar cuando uno no esta solo, pero tampoco acompañado.

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