viernes, junio 19, 2009

Incoherencias


De todo lo que menos pudo soportar fue ver su mano entubada al suero, se la tuvieron que vendar. Aun ahora es incapaz de quitarse la bandita por miedo a la marca que debe haberle dejado.
Quiere devolución por el viaje de la anestesia, pues no puede ser muy bueno si uno se despierta llorando.
Y por ultimo, si uno se va a poner a coquetear con el de la cama de junto antes de entrar a quirofano debe saber que de nada sirve si no podrá hablar una semana.

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