Desde que tiene uso de razón los domingo siempre han sido iguales. Desayuno en familia, larga sobremesa, pararse con dolor en el estomago de la risa y tarde de compras.
Don Chimino ya se jubiló del puesto de papayas, pero su hijo asumió la resposabilidad, aunque aún sigue creyendo que aquel que presenta como su primo,en realidad es hijo de ella.
Han cambiado cuatro veces de puesto de platanos, aunque con el actual ya tienen varios años. Según la temporada se compran zanahorias o naranjas para el jugo matutino. Manzanas, jícamas,tunas, mandarinas, zarzamoras, cerezas, peras, granadas, duraznos, etc. también se agregan a la compra, ella siempre va con él y a ellos les toca la fruta.
En el súper es lo mismo, a ellos les toca los abarrotes, así que con lista en mano recorren los pasillos. Siguen la misma técnica de cuando ella tenía ocho años y por fin dejo de perderse en las tiendas, dejan el carrito en un lugar y cada quien va por los tres primero artículos mencionados en la lista, de arriba hacia abajo y una vez que se encuentran y llevan al carrito siguen con los siguientes. Al final entre ambos buscan los que él otro no encontró.
De ahí a costco, donde la dinámica cambia, ella va sin distracción alguna a la zona de libros mientras ellos recorren los pasillos y los alcanza justo en el agua para yudarlo a subirlas al carrito y brinca a su alrededor con un libro nuevo que tira rápidamente en el carro y desaparecesin dar oportunidad de crítica.
Dicen que las costumbres se hacen leyes y con ello tradiciones que se heradan. Llevan así desde que ella tiene uso de memoria y sólo varían cuando no están en la ciudad, es un misterio como empezó, pero en definitiva será un difícil golpe cuando ellos se vayan y ya no tenga sus acostumbradas compras dominicales
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