Es así como hoy después de largos seis años por fin enterre mi vieja lap. De cenizas me quedo adaptado su disco duro para usarlo como disco duro externo y seguramente siempre que lo vea no podre evitar pensar en mi perfecta y magnifica primer computadora personal, esa que llego en un portafolio de lo más mono un día de mi cumpleaños, poco antes de entrar a la universidad.
Es así como nuestro ciclo a terminado y este en este nuevo aparato (con el cual sigo librando una batalla de poderes, para saber quien es de ahora y hasta que alguno de los dejes deje de funcionar quien tendra la última palabra) me reintrego a escribir de nuevo en mi blog, al cual aproveche para darle una pequeña arregladita, aún le falta pero ya sea otro día con calma, ahora tengo que ponerme al corriente con los dos meses de trabajo pendiente que deje con la excusa de no tener forma alguna de hacerlo.
A manera de epitafio dejare un tango llamado: Fuimos
Fui como una lluvia de ceniszas y fátigas en las horas resignadas de tu vida
gota de vinagre derramada, fatalmente derramada sobre todas tus heridas
fuiste por mi culpa golondrina entre la nieve, rosa marchitada por la nube que no llueve.
Fuimos la esperanza que no llega, que no alcanza, que no puede vislumbrar la tarde mansa.
Fuimos el viajero que no reza, que no llora, que se echo a morir.
Vete, no comprendes que te estas matando, no comprendes que te estoy llamando.
Vete, no comprendes que te estoy llorando y quisiera no llorarte más. No ves, es mejor que mi dolor quede tiradon con tu amor, librado de mi amor final.
Vete no comprendes que te estoy salvando, no comprendes que te estoy amando.
No me sigas, ni me llames, ni me beses, no me llores, ni me quieras más.
Fuimos abrazados a la angustia de un presagio por la noche de un camino sin salidas. Palidos escombros de un naufragio sacudidos por las olas del amor y de la vida.
Fuimos empujados en un viento desolado, sombras de una sombra que tornaba del pasado.
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