Por fin, después de varios de día de arduo trabajo continuo en sus horas nocturnas ha logrado dejar habitable su cuarto de nuevo.
El cambio de estación y las lluvias trajeron aires de renovación y fue así como una tarde harta de enojarse por ese viejo y feo tapiz impuesto decidió hacer algo al respecto y no pudo encontrar mayor satisfacción que la de pasar brochasos a diestra y siniestra de blanca pintura que iba cubriendo esas indecisiones.
Una vez frente a la pared que serviria de cabecera se encontra con un color rojo que da luz, y que hace su cuarto tenga un toque muy particular, que ser solo paredes en blanco, ya que casi todos los afiches de autos han desaparecido.
Y es que un día uno despierta sabiendose alguien de 22 atrapada en un cuarto de niña de 15, claro que no tenía poster de artistas, pero si muchas cosas pegadas en la paredes que daban un aspecto de poca seriedad, como si se tomara a broma su vida y sin un orden. Todo tenía cabida sin restricciones y eso se terminó.
Ahora solo falta acomodar su coleccion de autos, pero eso requiere de muchas noches aun para decidir si iran por año, por modelo, por marca, por serie, por gusto o por color.
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