martes, enero 03, 2012

Ha iniciado un nuevo año. No es un año cualquiera para mi, pero antes de comenzar a hablar del este inicio, hablemos un poco del final.
El año pasado mi antiguo blog fue secuestrado por una página basura, que cada vez que se intenta ver se redirecciona a una página que sencillamente no es la mía. Perdí mi celular y varios de mis relojes decidieron que el último día del año era el mejor para que si pila dejara de funcionar.
Inicie el año por primera vez en la vida entre un grupo de personas, entre las cuales no había nadie con quien compartiera lazos sanguíneos y todo apunta a que pronto dejare de dormir en esta cama, dentro de este cuarto, ubicado en esta casa, de esta calle, en esta colonia, que forma parte de esta entidad federativa, de este país. Es decir, que próximamente mi dirección cambiara radicalmente.
Es por eso que ante los hechos del año pasado, creí necesario iniciar un blog, que era el final del otro. De ahí su nombre, por que es una afirmación muy cierta, todo inicio esta marcado por el final de algo, es un poco como lo que dijo Herman Hesse en Demian, con la frase: Todo el que nace, debe romper un mundo.

Pues así rompo un mundo de fantasías lejanas, para incluirme en uno lleno de finales que dan pasos a principios.





















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