Uno de los peores sentimientos es la impotencia, la imposibilidad de cambiar las cosas. En esos casos uno busca lo más rápido posible la resignación, busca abstraer su mente en otros asuntos, la mantiene ocupada para no dejarse caer en la desolación.
Pero siempre llega esa hora en que todo acaba y se sienta en la cama e inevitablemente tendra que pensar eso que tanto a evitado.
Quiero creer que las cosas pasan por algo, pero a veces me gustaría que sencillamente me dejaran pasar de largo.
Quiero meterme en la cama y ponerle una tranca a la ruedita de la rata blanca, para que deje de generar ideas un par de días mientras me quedo en cama dormida o por lo menos que me de un par de días de vacaciones. Total que mañana sera otro día, pero hoy...mejor cambiamos el tema.
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