Desde pequeña convivi por causas ajenas a mi voluntad con militares y nunca entendi lo desalmados que podían ser y cómo podían malcriarme y con la misma mano con la que me hacían cariñitos golpeaban a la amante en turno minutos después.
Ahora ya han pasado varios años de eso y por fin entiendo que a los militares se les educa aislados de la sociedad, con otras reglas, ellos se rigen por cortes marciales, completamente distintas a la nuestras, les llenan de priviligios justo para deshumanizarlos. Un claro ejemplo serian los llamados asesinos:
era una secta, por llamarla de una forma que reclutaba guerreros durmiendolos y llevandolos a un jardín paradisiaco, en lo alto de una montaña, con la misma descripción del paraíso del Qu´ram y rodeados de bellas mujeres. Estos hombre se creían literalmente en el paraiso, es por eso que cuando los necesitaban para alguna misión los volvían a dormir lo sacaban de ese lugar y los colocaban en la mundana tierra, obviamente el hombre que había conocido el "paraiso" ansiaba regresar a él y como tal cumplia tu tarea prontamente, sin miedo a morir, por que en cualquiera de los dos casos, el cocowash era tan fuerte que creía regresaria a ese lugar.
Todo esto para explicar que nosotros ya no conocemos el honor, por lo menos no ese honor que unía al Quijote y a Sancho o el que sienten dos soldados del mismo regimiento después de haber estado en guerra.
Nuestro honor, en una era capitalista es tratado muchas de las veces como mercancia puesta al mejor postor. Eso y las pocas cosas que valen la pena, solo queda preguntarnos: ¿dondé quedó el honor?
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