La suerte misteriosa había arrojado la moneda al aire, aun girando sin tocar el suelo escogío el lado incorrecto.
De la nada se vio a mitad de su camino, varada, sin poder ir ni para atrás, ni para adelante, no importaba cuanto se lo propusiera no había manera de que sus deseos y ordenes fueran cumplidos. En esta circunstancia se he encontrado en lo que ya es es una semana y un día
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