El telefono suena y al contestarlo oigo la alarma en voz, no estás bien y se escucha, vos que lo sabes disimular todo aun cuando las cosas estan remal. Tus primeras palabras son: ?alguien más nos esta escuchando?
Mi cara no puede en un momento de sorpresa y debilidad traslucir las emociones que siento al escuchar el principio de tu relato con esa pregunta. Miento cuando me preguntan quien llama, fingiendo que es una amiga con un chisme gordo de como su novio de fue de farra toda la noche. Que puede ser tan grave para que no quieras que ellos se enteren, pero tan fuerte que necesites desahogarte. El típico sudor frío que me provoca insomnio me invadio el cuerpo y aun mis piernas tiemblas.
Expones el problema y yo solo encuentro soluciones en el pasado, pero has llegado al limite de la situación, un limite forzado, como la mayoría. Una de tus quejas más constantes es que esta vez si querias hacer bien las cosas.
Mi boca en un claro vomito verbal comienza a pensar en tus "hubiera" futuros, dependiendo de tu decisión, de si eres querido o no, pero en eso suenas una pregunta que provoca un silencio ensordecedor:
¿qué harías tú en mi lugar? No lo se...
Es fue después de un largo rato lo unico que alcanze a decir, no es que por mi cabeza no pasaran veintemil y un respuestas como: De ante mano sabes yo jamás podría estar en tu lugar; mi carácter no da para aguantar tanto o cosas por el estilo. Palabras inutiles en tu situación.
Pregunta que un resuena en mi cabeza y me pone a pensar que tal vez de una forma enferma ambos lidiamos día a día con el nacionalismo y las fronteras nacionales imaginarias, tu en la praxis y yo en la teoría. Pero para ambos es un tema constante en nuestra vida...
Al parecer solo queda esperar.
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