Que lindo es Tepic y todo Nayarit... suena por las calles, en la plaza y en los bailes provocando en la gente un furor insospechado para alguien que siendo sincero si le llega, pero no con la pasión que manifiestan los nativos de esa tierra.
Cuna de hombres valientes, pues no en valde uno de los que más quiere salio de ahí y otro par ahí siguen.
Cada año la esperan los mismo chicos de la cuadra aunque ya no juegan futbase a mitad de la calle, ahora salen a pistear y dar la vuelta a la plaza. Ya no le jalan el cabello, ahora la cuidan cual guaruras y se acabo el tomar coca-cola a escondidas, la cerveza es ahora la bebida que acompaña sus noches, en las que plagadas de estrellas platican los planes a futuro, lo que desean, lo que hicieron y si la luna les condece aun tiempo le confesaran sus temores y recelos. Por que ven en la señorita de ciudad su guru, sin saber pobres ilusos que ella crecio rodeada de ruido, contaminación y tiene pulmones más resistentes, al igual que ojos aclimatadados a este ambiente, pero tiene sus mismos miedos ante la vida e inclusive una inconfensada envidia por ese aire, esas montañas que la han visto perderse en ellas tantas veces, de eso paisajes plagados de agave azul y ese cielo que de día tal pareciera es el más azul del mundo y de noche la maravilla con tantas estrellas... y es que ahí aun se ven las estrellas.
Recibe cada año en esa casa a la que le conoce manias y de las que sus cajones nunca dejan de guardar secretos, siempre tan igual y la vez tan diferentes. El olor a naftalina y campo que hay en las cobijas la acurrucan con la pormesa de despertarse por el olor del desayuno.
Cada año tuvo su recuerdo, cada año al oir las campanadas del santuario anunciando las doce se hizó un rapido recuento del año, aunque proposito nunca ha hecho, siempre se hace promesas.
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