Hasta donde nos llevan las palabras de los demás, hasta donde nosotros se lo permitimos.
No podemos evitar que el mundo hable, muchos lo hacen por que creen que el hecho de tener boca los hace merecedores del super poder especial de decir lo que piensan, si tomarse un momento para pensar que esa boca también sirve para permanecer cerrada.
Se debe aprender de la historia, de lo vivido y con base en la experiencia -sería solo lindo de la ajena, pero la propia tiene lo suyo- con la convicción de que se aprenden más de los errores que de los aciertos. La mayoría de las cosas acertadas que he hecho sinceramente no tengo claro todavía por que es que están bien.
Yo he tenido muchos errores, de los que aprendí que al hablar la gente -por mucho que pueda querernos- lo hace a partir de sus experiencias y que si bien de vez en cuando es necesaria la visión exterior de una situación, esta no nos puede permitir perder el piso. Por supuesto esto solo sucede si no sabemos en donde tenemos los pies o si no estamos seguros de eso. Las palabras que nos afectan o nos llegan a influir son las que se cuelan entre las inseguridades, la ignorancia y la incertidumbre.
En este mundo son pocas las cosas sobre las que realmente podemos tener control y hacer oídos sordos a comentarios impertinentes si es una de ellas. En ocasiones se necesitara del acopio de toda nuestra fuerza de voluntad para no dar paso a la palabras que forman ideas y que se se transforman en acciones erróneas, pero con el tiempo cada vez resulta más normal aprender a discernir entre lo que se debe escuchar y lo que sencillamente es "música de elevador"
1 comentario:
Me gustó mucho esta reflexión. Es verdad, hay que pensar con detenimiento lo que comentamos y lo que oimos. Muchos creen tener siempre la razón, pues todos son excelentes consejeros (hasta uno mismo),llegamos a dar consejos que en ocasiones no pondríamos en práctica y transformamos en "Conejillos de Indias" al aconsejado; si todo sale bien, utilizaremos el consejo para uso personal en circunstancias similares. Me despido con una frase tomada de una canción que me gusta mucho y queda perfecta en este tema... "La lengua del sabio está en su corazón y el corazón del tonto está en su lengua." Saludos.
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