Describirme siempre me ha sido complicado, por que nunca encuentro algo que realmente me defina, tal vez la luna, que es inconstante y noche a noche cambia, pero perene y aunque a veces no se pueda ver siempre esta ahi.
¿a qué velocidad vivimos nuestra vida?
Hay días en que quisiera meter el freno de mano, parala, bajarme y descansar un poco, otros que sencillamente solo bajo la velocidad para apreciar el paisaje. Pero sin lugar a dudas lo más emocionantes son aquellos en los que vas taaaaan rápido que todo a tu alrededor pasa ante tus ojos en un segundo, en el que todo cambia que ya nisiquiera lo notamos, dejamos de ver las formas difusas a nuestro alrededor para concentrarnos en el camino, es en ese momento cuando te encantaria cerrar los ojos y disfrutar. Aunque también en esta velocidad los errores pueden ser fatales o dejarte maltrecho.
Fuera de mi ventana sólo veo coches veloces, motos alocadas, que dejan el tráfico atrás. He aprendido una pequeña verdad, el mundo te quiere rápido para que llegues a tiempo. Te quiere veloz para recordar sólo el sonido de tus pasos y es por eso que cuando te acuerdas que no vas a ningún lado y aceleras.
Tres metros sobre el cielo, Federico Moccia
jueves, agosto 25, 2011
Tengo la piel chinita y no se si fue un sueño o sencillamente lo he vivido tan claro y real como todo aquello que podría a ver vivido si la decisión hubiera sido otra y ...
es que quizá, y solo quizá cabe la posibilidad de que por un minuto lo haya vivido, un mar de sensaciones y sentimientos me hubieran golpeado y envuelto como una ráfaga de viento, y se despiden para alojarse en el hubiera.
Cada cabeza es un mundo y tratar de que dos cabezas vivan en un mismo mundo no es tarea fácil. Eso es parte del reto de toda pareja, encontrar un lugar donde puedan cohabitar.
El uso del internet y el boom de las redes sociales necesariamente repercute en las relaciones de pareja, hace que existan nuevas formas de interacción entre los individuos, llevando a rempantearnos lo que realmente es importante y por qué.
Hay parejas cuyo fundamento de la relación es el reconocimiento "público" de la misma por medio de las redes sociales, entonces cambian enseguida su estatus en facebook y se ponen en una relación, llenan su muro con fotos nuevas, la foto de perfil es donde estan juntos y sus muros están plagados de mensajes melosos y uno al otro se comentan muchisimas cosas. Aunque no dudo que eso tenga su encanto, me pregunto si realmente seran así en la vida real, es decir, que si cuando estan juntos son tan idilicos como se hacen mostrar en las redes sociales. O es que hay que tener mantener las apariencias, creo que hay formas de dar a conocer que tienes una relación con alguien de formas menos "pretenciosas" que esa.
Yo definitivamente me encuetro en la contraparte de ese tipo de relaciones, mi status sigue como soltera y no tengo mensajes empalagosos en mi muro, ni suelo dejar mensajes de ese tipo, no comento toooodas sus publicaciones en el facebook. Cuando mucho y muy de vez en cuando nos dejamos un beso o una sonrisa, nunca nos escribimos con nombres cariñosos, ni nada, por lo meno no en las redes sociales. En cambio, nosotros hablamos seguido -producto de las circunstancias-, él debería saber que lo quiero, por que se lo digo muy seguido y viceversa. Claro que nosotros somos muy nuestros, en la mayoria de las cosas y aunque luego diga que debo aprender a conjugar con el pronombre nosotros, en vez del yo, la verdad es que hay mucho en mi vida que es un nosotros, pero que me satisface saber que solo es nuestro, que son cosas sencillas, inclusive en la vida cotidiana, actos que no guardan mayor importancia para nada más y que quizá nadie entenderia en la justa medida como nosotros.
Nunca hemos necesitado de la aceptación y reconocimiento de los otros -solemos ser demasiado meticulos al establecer nuestro espacio personal, algo que ambos valoramos de sobre manera- en los mundos virtuales, ironicamente.
Con esto solo quiero decir que cada pareja es la encargada de decidir la clase de relación que desea y que la única forma real de alcanzarla es decirle al otro lo que quisiera, espera y desea de este en esa relación, que aunque suena fácil, solemos complicarnos la vida.