De todo lo que menos pudo soportar fue ver su mano entubada al suero, se la tuvieron que vendar. Aun ahora es incapaz de quitarse la bandita por miedo a la marca que debe haberle dejado.
Quiere devolución por el viaje de la anestesia, pues no puede ser muy bueno si uno se despierta llorando.
Y por ultimo, si uno se va a poner a coquetear con el de la cama de junto antes de entrar a quirofano debe saber que de nada sirve si no podrá hablar una semana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario